miércoles, 7 de mayo de 2008

Cadáver Exquisito I

Ejercicio hecho con amigo Feffo, un sábado a la noche.

(
Cadáver exquisito es una técnica por medio de la cual se ensamblan colectivamente un conjunto de palabras o imágenes;
Es una técnica usada por los surrealistas en 1925.
Los teóricos y asiduos al juego sostenían que la creación debe ser intuitiva, espontánea y lúdica.
De hecho, muchos de estos ejercicios se llevaron a cabo bajo la influencia de sustancias que inducían estados de semiinconsciencia o durante experiencias hipnóticas.

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Era la primera vez que estaba en Tapiales. Los muros contextualizaban su mirada. Era de día y de noche, nada predominaba. Todo estaba con él, en su imaginación y en su realidad.
Un garage vacío con las luces prendidas lo llamaban a Gastón para prestar atención.
Las 3 de la mañana era una buena hora para batirse a duelo. Entre siete no podían. Tenían que enfrentarlo entre ellos. Sólo dos. Gastón y su lengua.
Que en algún punto jugaban a ser otras seis personas más, pero los demás no existían, y ese era el problema.
Todo radicaba en sus sueños. En su sistema NTSC M cerebral no existían ni Andrés, ni Miguel, ni Freddie, ni Luca, ni Bob, ni Bob.
Tenía que apostar todas sus fichas al olvido, y no le quedaban muchas. Hacer zapping en su cabeza hasta que la infinidad de imágenes se volvieran nada. Todos tenían que dejar de ser muchos, para pasar a ser uno. De lo contrario, no podría manejarlo.
El recuerdo no le hacía bien. Más bien el olvido era el camino. Su pasado no estaba conforme. Así, con esa mochila, abandonó el departamento. Se fue dejando; todo el pasado atrás.
Entonces pensó en Dolores, y no sabía si ponerla en su pasado o su presente. Forzó las cosas y la llamó para hacerla presente. El teléfono sonó y sonó.

- Hijo de puta, no quiero ser recuerdo ¿Por qué me dejaste? ¿Qué te hice para que me hagas pasado? No ves que todavía estoy en tu cabeza.
Te estoy tocando el timbre. Soy yo.


Riiing.

Bajó y no había nadie. Ni siquiera estaba en Tapiales. Se miró en el espejo del hall y había siete personas, y ninguna era Dolores.
Andrés, Miguel, Freddie, Luca, Bob, Bob y él eran él. La quería pasar mejor.
Quería llevar sus músicas a todos.
Volvió al departamento y se dijo a sí mismo: ¿alguien tiene hambre? ¿pedimos unas pizzas? Piensen de qué quieren, yo voy a poner un disco.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

es un hermoso ejercicio. y más lindo aún es poder hacerlo con un amigo.

Anónimo dijo...

no entendi bien de que va el ejercicio, pero lo que escribiste me parecio magnific.

dalecuerda dijo...

anónimo:
el ejercicio se trata de que uno empieza por escribir algo. Luego otra persona continúa eso. Después ésta se la pasa al siguiente (en el caso de ser más de 2).
También se juega tapando lo anterior. pero de esta manera se pierde la lógica y es más lúdico que otra cosa.
Nosotros le quisimos dar sentido y vida a la historia, y por eso leíamos lo anteriormente escrito.

gracias por el coment.