Voy a velar tus restos en tus propias imaginaciones.
Cada sentido del humor, cada estado de desánimo
tan propio de alguien tan valioso para acá.
La vida se divide
entre lo bueno
y lo malo.
Acá queda lo malo, obvio.
Lo bueno se va rápido, demasiado sensible para lo mortal.
Por eso se van temprano, como las buenas tragedias,
que no te esperás en ese final.
Y ahora te tocó a vos,
porque venías queriendo que te toque,
salvo al final,
que sabías que te iba a tocar.
La persona no era personaje
Los personajes eran la persona.
Ese tick en los ojos, que apaciaguados,
le sacaban la ficha a la verdad.
Y de repente se abrían tan rápido,
sorprendidos con la sorpresa
del que juega con la vida.
No es una mala noticia
Ni una grave enfermedad.
Fue tu circunstancia
y la de cómo 14 hermosas personas más.